miércoles, 7 de septiembre de 2011

Una de las herramientas que suelo utilizar con mis clientes es la de escribir Cartas a nuestro YO.
Este es un ejercicio poderoso que despierta el potencial interior.
Hemos perdido la capacidad de escribir Cartas como lo hacíamos antes, hoy en día se llaman e-mails, mensajes de texto, etc.
“Sólo tú puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado”
Te invito a que empieces a trabajar en la construcción de tus propósitos mediante este ejercicio, que por simple no deja de ser eficaz. Tómate tu tiempo.
Dirige tu carta a tu inconsciente de manera que puedas contestar las siguientes preguntas: ¿Que siento? ¿Qué es lo que no quiero y estoy dispuesto a cambiar? ¿Qué tipo de vida deseo? ¿Con qué intensidad quiero que se convierta ese tipo de vida en realidad? ¿Con qué recursos cuento actualmente para llevarlo a cabo? ¿Cuál es mi deseo más profundo e impulsor? ¿Qué lugares, circunstancias, sensaciones o experiencias quiero vivir?
Algo que te puede ocurrir es que te cueste mucho responder a estas preguntas. En parte se debe a esa pérdida de capacidad de diálogo que hemos perdido con nosotros mismos. Si ves que hay resistencia de respuesta recurre a la Imaginación.
Ponte en el papel del niño que le escribe la carta a los reyes Magos, con la confianza y la ilusión de que aquello que está pidiendo se hará realidad, con esa fe de niño, que entiende que el proceso normal es que todas sus peticiones serán cumplidas en la noche mágica de reyes.
Deja que las palabras que escribes salgan del corazón, ya que éstas mismas son un reflejo sincero de tus sentimientos en el momento de ser escritas.
Tres son los requisitos principales para que este ejercicio cumpla con su función: que estés dispuesto a comprometerte con tus propósitos, que diseñes una estrategia para tu vida y que asumas el papel de estratega de tu destino.
Elementos que deben constar en la carta.
1. Describe los motivos y las razones por las qué crees que es necesario un cambio.. Enumera aquellas cosas que quieres eliminar de tu vida. Lo que te sobra, lo que te pesa y no te deja caminar.
2. Realiza un listado de tus principales deseos. Esos deseos que te impulsan al cambio; escríbelos en positivo y de la manera más específica y concreta que puedas.
Tu inconsciente es como un niño, el cual te va escuchar siempre y cuando te dirijas a él con ilusión, con ternura, con cariño, con emoción.
3. Elabora una estrategia práctica y real para hacer realidad esos deseos. Para ello es necesario que tengas en cuenta los RECURSOS con los que cuentas en este momento a la hora de escribir la carta para comenzar el camino del cambio.
¿Con qué recursos internos y externos cuento en este momento?
Recursos que ya tienes y que no es necesario salir a buscar a ningún lado, ni comprarlos en ningún gran almacén. Muchas veces pasan desapercibidos por falta de consciencia en ellos. Pasan por alto, pero eso no significa que no estén ahí.
Si prestas atención y te pones a pensar descubrirás que son más de 5 y 6 los recursos que ya tienes. Por ejemplo: ilusión, fuerza, carisma, entusiasmo, inteligencia, creatividad, experiencia, valentía, curiosidad, empatía, ternura, simpatía, , etc. También cuentas con la capacidad de darte permiso para pedir ayuda para contactar y contar con otras personas, y con otro recurso poderosísimo, tu imaginación.
4. Tiempo y compromiso de realización. Ponle fecha a la realización de esos deseos y firma esa carta. Sin firma no hay compromiso, aquello que has escrito no te pertenece.
Firmar y poner fecha implica que te comprometes con tus deseos,que eres tú quien los ha escrito y te responsabilizas de ella con certeza y determinación en tu propósito.
Debe quedarte muy claro que el hecho de escribir esta Carta no cambiará de repente tu vida; es una estrategia, un mapa, pero el compromiso y el trabajo de la construcción de tu destino es de un día y de otro, con ILUSIÓN, Y PERSEVERANCIA.

No te olvides que tu principal “cliente” eres tú mismo.

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